Un mensaje de navidad indirecto de parte de “nuestros” niños y niñas: la fragilidad se viste de agresividad y la fortaleza de ternura… ¡Feliz Navidad!
Las jóvenes aspirantes a “Hadas Maestras”estaban muy nerviosas el día del sorteo. A cada una le correspondería, al azar, un destino diferente en el que practicar la magia de la Escuela. Todas miraron al cielo, esperaron, y entonces, la estrella polar de la nieve trajo a cada cual su mensaje…
Mila Marquis
El hada Esther abrió su papelito llovido del cielo y … allí estaba escrito: “Aula de cuatro años B, colegio Moctezuma. Cáceres”. ¡Qué curiosidad!!! Ella no sabía muy bien qué significaba aquello, ni a quién se iba a encontrar, o cómo sería todo en aquel lugar extraño. Pero, decidida, se encaminó a la dirección indicada. No hizo falta mucho tiempo para que sus recelos desaparecieran del todo, porque en pocos días se dio cuenta de que el lugar que el destino le había asigando era exactamente el suyo, el que estaba diseñado para ella: diecisiete niños y niñas maravillosos a los que enseñar y de los que aprender a la vez…
Aquello no era fácil… la magia de la Escuela solo fluye si las hadas saben utilizar sus poderes… Así es que el hada Esther puso todo su empeño en usar correctamente su varita mágica de aprendiza, para que la magia fluyera con rapidez. Y sí, con ayuda del Hada reina, funcionó …
Los niños y niñas aprendían y aprendían cada día con Esther, y todos la querían más y más, lo mismo que ella a ellos. Fue así, sin darse cuenta, como la joven hada Esther hizo de la escuela su hogar, y de los niños y niñas, su familia…
En esos días de la Navidad, cuando todo brilla en la tierra y en el cielo, fue cuando el Hada Reina supo que Esther ya estaba preparada para emprender su viaje, y solo entonces, sustituyó su varita mágica de aprendiza, por la de “Hada Maestra”. La jóven entendió que, desde ese momento, acababa de cumplir un sueño, aunque con él, también la llamada a partir hacia otro lugar…
Con pena, la joven Esther se despidió de sus niños y niñas y también del Hada Reina, para emprender su propio viaje a la búsqueda de nuevos horizontes. La esperaban otros niños y niñas a los que poder ofrecer su magia, y a la vez recibir la de ellos. Así es que voló y voló, diciendo adiós con su flamante varita de maestra, mientras las sonrisas de los niños y las niñas la despedían, llenas de cariño.
Aunque feliz, el Hada Esther, sin embargo, al volar, dejaba caer lagrimillas de nostalgia por aquel paraiso perdido… el de sus primeros niños y niñas… pero es que eso es lo que forma parte de la magia poderosa que acompaña siempre a las Hadas Maestras…el que vuelan de aquí para allá, llevando sus poderes mágicos a cualquier lugar donde se las necesite, y todo esto, sin perder un ápice de ilusión, por siempre jamás. Y esto último es lo que, precisamente, las hace ser hadas…
Para mi querida alumna de prácticas de Magisterio, Esther Aliseda, deseándole que siempre, siempre, siga siendo un hada de la Escuela.
Cáceres 22 -12-2016