La princesa Marianela
se aburría como una ostra.
¡No le gustaba ser princesa!
Quería vivir aventuras,
surcar mares, alzar velas,
conocer otros países,
¡vivir de otra manera!
Su padre,el rey,
estaba muy preocupado
por su hija Marianela:
“Debes casarte,
maquíllate un poco
y ponte hermosa.
Sal a buscar novio
en tu gran carroza.”
¡Qué horror!, decía Marianela.
Yo no quiero maquillarme,
ni buscar novio,
quiero viajar, ver el mundo
y ser feliz poco a poco…
La princesa Marianela
era una chica corriente,
ni muy alta, ni muy guapa,
ni con nácar en la frente.
Era bonita
alegre y valiente.
Se montó en Carroza,
pero se fue al Oriente
a estudiar idiomas,
a tender puentes.
Se hizo doctora
y ayudó a mucha gente.
No se casó nunca,
pero tuvo grandes amigos
y amigas.
Fue muy, muy feliz
y comió pan y perdiz
y se lavó bien los dientes.
( Pilar Alcántara. 2016)
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